La ética debe ser a mi juicio el elemento diferenciador y único de las entidades sociales, lo que nos singulariza entre todas las demás, lo que mueve nuestro propósito de transformación social.

 

Qué significa la ética en las organizaciones sociales:

 

 

Son mensajes claros que todas las entidades incluimos en nuestro ideario. Sin embargo, ¿se queda en una presentación de la entidad y en nuestra página corporativa, o lo implantamos y aplicamos de verdad en toda nuestra estrategia y nuestros procesos?

 

Estos son los puntos que yo creo esenciales en una estrategia movida por valores que se elevan a la consideración de éticos.

 

Coherencia en toda nuestra labor, que se resume en hacer lo que decimos y aplicar a nuestra entidad lo que pedimos al mundo.

 

Transparencia, contar lo que hacemos alto, claro y en un formato que llegue a todas las personas.

 

Poner siempre en primer término a las personas, son el centro y la razón por la que nos hemos creado y el motivo último por el que queremos transformar la sociedad.

 

Construir una estrategia de gestión de personas que busque tener equipos felices, solo así se logra el compromiso y el trabajo colaborativo.

 

Trabajar desde la perspectiva de los derechos humanos, aplicado a toda nuestra labor: desde la estrategia global hasta el último de los procesos.

 

Implantar una política real de igualdad entre mujeres y hombres, no solo escrita en un Plan de Igualdad, sino aplicada en el día a día de nuestra entidad.

 

Garantizar la independencia: las entidades nos debemos a nuestra misión, sin sesgos políticos, ideológicos, religiosos o de cualquier otra índole. 

 

Buscar la excelencia en nuestro trabajo. No vale eso de que soy una ONG y puedo hacer las cosas de cualquier forma, lo importante son las causas que defiendo. Sí, pero desde la mejora constante, la formación permanente de los equipos, la innovación, el trabajo riguroso y bien hecho.

 

Las organizaciones sociales gozamos de una alta consideración en la sociedad. La gente nos da las gracias por lo que hacemos y nos anima a continuar. Muchas transformaciones sociales de calado se han conseguido por una campaña impulsada desde una entidad social, o gracias a la labor de incidencia diaria de muchas de nosotras, por señalar algunos ejemplos. Esto implica una gran responsabilidad, me atrevo a decir que más que a cualquier otra organización. No podemos traicionar la confianza que depositan en nuestras entidades millones de personas. Es difícil lograr una elevada notoriedad y mantenerla en el tiempo, pero es muy fácil perder la credibilidad por un comportamiento reprobable. Y lo que es peor, la mala praxis de una sola entidad sirve para el descrédito de todas.

 

Enfocar nuestra labor desde la ética es, por todo ello, un elemento diferenciador, sí, pero también esencial. No creo que una entidad social pueda serlo si no se construye a partir de la ética.